Y de repente, estoy cayendo en la oscuridad.Intento resistirme, pero no puedo.El estómago me da mil vueltas y el corazón parece que se me va a salir del pecho.Intento respirar, pero no logro llenar de aire mis pulmones.De hecho, no los lleno de nada, como si estuviese respirando el vacío.Y mientras, sigo cayendo...Plof.Noto como mi conciencia se va despertando, desperezándose poco a poco, y noto algo cálido sobre los párpados.Abro los ojos poco a poco, parpadeando, es de día y ya no me estoy cayendo.Por fin, doy una bocanada de aire que me sabe como agua de mayo.Solo era un estúpido sueño.Corro las cortinas y observo el paisaje por mi ventana.Frente a mi, un árbol con innumerables ramas, de las que penden hojas de color verde muy vivo y cálido, debido a los rayos del sol.Los pajaritos pían alegremente, como dándose los buenos días unos a los otros y yo, aparto la sábana y poso mis pies en el suelo.El frío comienza a abrirse paso entre mis dedos, asique abro rápidamente la ventana y de un pequeño impulso me vuelvo a meter en la cama.Me acurruco y me tumbo boca abajo.Aspiro la brisa matinal, cierro los ojos y me dejo llevar por las sensaciones tan refrescantes, paz y tranquilidad.Cundo los vuelvo a abrir, hay un precioso cielo azul zafiro, que contrasta vivamente con las hojas esmeraldas.Adoro estos domingos por la mañana.
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