viernes, 19 de junio de 2009

[Relatos Cap.3º]La Hoja Envenada

Bueno, esto ya va cobrando forma.Aquí otro capítulo que nos desvelaran los siguientes pasos de Nhemay en su nueva vida.Espero que os guste, besitos :)


Allí estaba yo,en un duermevela intranquilo, lleno de oscuras formas que no paraban de mecerse en mi mente, llenándola de pesadillas.Aquellos hombres me perseguían, y yo cabalgaba a lomos de Mathor, pero ellos se acercaban más y más...Estaban a punto de cogerme, oía sus voces y sus risotadas...¡PUM! Me desperté con un grito y una luz cegadora que inundaba mi habitación."Tranquila, ha sido solo un sueño"-me dije.Oí una voz que decía:

-Vengaa a despertarse, bella durmiente-era una voz desconocida, pero indudablemente masculina
Abrí los ojos de par en par, mirando al intruso.Aquel gesto me provocó una ceguera instantánea, y aunque no duró mucho, me hice daño en los ojos.Pero yo quería saber quién se atrevía a entrar en mi habitación así como así.Un elfo, alto y esbelto, con un gracia natural me miraba.Sus ojos eran negros como el ébano, dos pozos sin fondo, aun así, hermosos.Su cabello estaba oculto bajo su capucha, aunque esta no le ocultaba su anguloso rostro, libre de barba indeseada.Llevaba una capa que me era vagamente familiar, bajo su vestimenta, oscura como la mía, se adivinaba un cuerpo musculoso.Me miraba con una sonrisa pícara, y sentí como sus ojos atravesaban los míos, desnudando mi alma.Pero cuando reparé en sus dos espadas-colgadas del cinto- algo más largas que mis dagas, me puse alerta:
-¿Y tu quién diablos eres para venir aquí a despertarme, eh?.-le increpé con gesto malhumorado
-Yo soy alguien que va a velar por tu bien a partir de ahora, preciosa.-me respondió, mientras me miraba insolentemente
-Sé arreglármelas solita, muchas gracias.
-Ah no no, nada de excusas.Ahora mismo te estas vistiendo, que tenemos que irnos.-me replicó.
-¿Tenemos? ¿Pero tu quién te crees que eres para irrumpir en mi habitación y ponerte a darme órdenes, guapo?-parecía que no comprendía que no tenía intención de irme con él
-A ver, empecemos por el principio.Me llamo Roth-me dedicó una reverencia, a la que yo puse los ojos en blanco-y he sido informado de tu llegada a Antheria bla bla bla, y mi misión es llevarte al enclave de...ehm...bueno, ya te lo contaré más tarde, aquí las paredes escuchan.-Me guiñó un ojo
-¿Perdón?¿O sea, pretendes llevarme al sitio ese para exactamente qué?Ah no, ni hablar, yo no me voy de aquí, ¡y menos con un desconocido! Además, ¿Qué intenciones tienes conmigo, eh?¡Seguro que no son buenas!.-le grité tirándole la almohada
-Tranquilaa gatita-esquivó la almohada, aunque por poco, y puso las manos arriba-no me interesa tocarte ni nada por el estilo, yo tengo una misión que cumplir, si llego al enclave sin ti, me...esto...-se puso a pensar, con un gesto crítico mientras me miraba, imagino pensando una forma dulce y delicada de intentar expresarse-cortarán la parte más animal que tengo.-me soltó con una media sonrisa, que me cautivó
"Dios mío, este tío no se anda con delicadezas".-pensé
-No me llamo gatita para tu información, soy Nhemay.-le repliqué con una mirada asesina con la que tenía intención de asustarle
-Venga, ya me contarás más tarde tu vida, no me lo pongas más difícil y vístete.-me ordenó, ignorando mi decepción al ver que mi "mirada aterradora" no había hecho ningún efecto en él
-Que pesado eres tío, no se como demonios te has colado aquí, pero como avise al posadero te echará a palos, y sino es el seré yo-Agarré mis dos dagas que escondía siempre debajo de la almohada- y las puse en posición defensiva-
-Ey ey, tranqui gatita que todo está bajo control-se apoyó en el marco de la puerta-yo solo tengo que esperar a que cojas tus cosas y no podemos ir, asique date prisa, porque yo tengo mucha paciencia, pero cuando hay...cosas importante en juego, no dudo en hacer lo que haga falta, y no me gustaría nada tener que llevarte a rastras-suspiré y me levante mientras me encaminaba al baño, donde estaba mi ropa-, además no hay nada que temer, con un valeroso caballero como soy, las damas no corren peligro.-replicó sarcásticamente mientras examinaba la habitación
"Oh Dios mío, esto no va a ser fácil...¿Cómo se puede ser semejante payaso y no morir en el intento?".-pensé mientras me subía unos pantalones en el baño, maldiciendo mi mala suerte, y pensando en el enclave y todo eso que me había contado hacía unos minutos.-"Todo esto es muy raro, ¿Para qué me querrán en el enclave ese?¿Y como sabían quién era yo?, bueno, vayamos a la aventura".-pensé
-¡Ostras gatita, mira lo que he encontrado!-dijo Roth-sin que me diese cuenta, y aprovechando que estaba sumida en mis pensamientos, se había puesto a rebuscar entre mis cosas y yo, curiosa, me acerqué a la puerta-¡unas bragas!-me gritó-Pita pita pita, ven aquí.-me decía en tono burlón, mientras agitaba mi ropa interior dando tumbos por la habitación
-¡Te he dicho que no me llames gatita!.-le grité enfadada, a estas horas habríamos despertado a media posada, sino a toda.
Oí sus carcajadas musicales, y me pareció un sonido venido del cielo, por un momento, mi enfado remitió y sin que me viese me empezé a observarle desde el marco de la puerta del baño.Pareció como si se diese cuenta de que alguien lo miraba y se giró a mirarme.Por un momento me pareció un ángel, a pesar de todo.Aquella mirada oscura, pero reconfortante me atravesaba, y su sonrisa era cálida.Pero aquel momento pasó cuando empezó a reírse.Para mi horror, se me había olvidado ponerme la camisa.Sentí como me ruborizaba y le tiré un jabón que tenía a mano, mientras cerraba la puerta de un portazo ahogando sus carcajadas.
"Oh, demonios, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?".-suspiré mientras me ponía la camisa negra, y me resigné a tener que aguantar a aquel bufón, que intuía que sería mi compañero de fatigas, mucho, mucho tiempo....

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