jueves, 2 de julio de 2009

[Relatos Cap.4º]La Hoja Envenenada


Se ha hecho esperar, pero no he tenido mucho tiempo.Aquí os dejo un nuevo capítulo para que disfrutéis :).¡Felices vacaciones!

Bajo el ardiente sol de verano, dos figuras galopaban velozmente, dejando atrás Antheria.Los guardias Thormad y Anthor observaban como aquella chica tan misteriosa que apenas hacía dos días pedía cobijo en la ciudad se iba con aquel fanfarrón de Roth.

-Maldito sea Roth, así se le lleven los demonios al infierno-maldijo Thormad
-¿Qué te ocurre, viejo zorro?¿Tienes envidia de ese bravucón de Roth, solo porque ha sacado esa asesina de nuestra ciudad?Deberías darle las gracias-le contestó Anthor, pinchándole
-¿A ese...bribón?A ese no le doy ni los buenos días-gruñó
-Bueno bueno, ya sabes como es Roth, conquistador, aunque solo si le favorece, veremos en que acaba esto...-dijo Anthor
Mientras tanto, ya dejando atrás la ciudad...
-¡Te digo que yo no sigo!¡No te aguanto más!¡Aaaah!
-Tranquila cariño, no pasa nada, solo pensé que quizás necesitabas ayuda, pero ya se ha calmado
-¡¿Ayuda?!¡¿Y qué clase de "ayuda" consideras qué es asustar a mi caballo?!¡Casi me muero del susto, y tu riéndote a mi costa!
-No le he asustado gatita, solo le dí un empujoncito...Pensé que así irías más rápida....Y bueno, unas risitas nunca vienen mal-Esbozó una media sonrisa de las suyas, que tanto me gustaban
-Aaiis...Está bien, pensemos por un momento que tu intención fue buena...Ya está, genial pero no lo vuelvas a hacer-suspiré
-Estaa bieen...Pues entonces...¿Te cuento donde vamos de camino?-me preguntó, con tono burlón
-Como sigas así, creo que desde luego, tu a un circo de payaso, para variar-le dije sarcásticamente
-Vaya, que puntazo.Como sigas así tu te vuelves cómica-me replicó
Los dos nos miramos.Vi una chispa de alegría brillar en sus ojos.Nos reímos.Me relajé.
-Esta bien Roth, ahora, ilumíname y cuentame exactamente...todo-dije
-Vaya...esto...¿Todo?
-Hombre, sino, ¿Qué me vas a contar?
-Bueno, es que es algo complicado...¿Y por dónde empiezo?
-Por el principio, c*pullo-le espeté
-Ey ey, sin insultar, "gordi"-me dijo poniendo tono de elfa pija tonta-me reí.Soo Nix, para chica-tiró de las riendas para frenar a su yegua, y yo le imité-haremos un alto aquí-me anunció
Aun nos acariciaban los rayos del sol, no tanto como antes, pues estaba atardeciendo, aunque habíamos avanzado bastante, antes de nuestro pequeño altercado.Nos paramos a la sombra de unos árboles, dejando a los caballos pastar.Nos apoyamos cada uno en un tronco, mirándonos cara a cara.
-Bien, te lo contaré todo, pero si me haces una promesa si luego decides dejarlo todo atrás, o no escucharme, no te lo reprocharé-me dijo con un brillo salvaje en los ojos
-Bueno, depende, si pone en riesgo mi vida no, por supuesto-respondí mirándole despreocupadamente
-Nhemay, si alguna vez te encuentras sola, perdida, confusa, no sabes que hacer o tu vida está en peligro...aúlla, aúlla todo lo alto que puedas, para que los lobos te oigan, ellos te protegerán.Los lobos son nuestros amigos y no dejarán que te pase nada malo- dijo, sin dejar de mirarme
-Eeh...yo...bueno, si tu quieres eso...pues te lo prometo-sonreí forzadamente, para que no dudase, aunque me parecía una locura
-Muy bien, muchas gracias-me susurró, ya que había bajado la cabeza, seguramente de pura vergüenza.Fue ahí cuando caí que no tenía capucha, se la habría quitado
-Eh tranquilo, no pasa nada, si tu dices que me ayudarán te creo-le acaricié el pelo, negro azbache precioso a mi parecer, en un tierno gesto.
-Bueno, volviendo a lo que nos ocupaba-se recuperó instantáneamente-bien, te enseñaré una cosa-se volvió sobre sí mismo y se agarró la capa, atrayéndola para que la viese mejor-¿Ves esto?-me mostró el blasón-¿Te recuerda a algo?-me preguntó con voz neutra
Lo miré.Empecé a estudiarlo.Me era vagamente familiar, me dije pensando.Estaba segura de haberlo visto en algún sitio.Familiar...
¡Claro!-grité emocionada-Mira-le mostré mi capa-¡Es el mismo!
Se lo mostré a Roth, que lo miró para asegurarse de que eran idénticos.
Las dos dagas entrecruzadas, en las que se enroscaba una serpiente.El blasón de la capa de mi madre.Familiar...¿Un momento?¿Y porqué mi madre tenía el mismo blasón en la capa que Roth?Uyuyuy, esto no pintaba nada bueno
-¿Qué demonios es este blasón?Esa capa me la dio mi madre, ¿tienes algo que ver con ella?¿O sois los dos los que tenéis algo que ver?¿O es el enclave ese?O...
-Para para Nhemay, tranquila, relaja.Veamos, este blasón pertenece a La Hoja Envenenada.Es una...hermandad, por así decirlo, de los mejores asesinos, pícaros y demás ladrones.Mi misión es llevarte allí, para que los mejores maestros te enseñen las nobles artes del altruismo y la supervivencia.
-¿Nobles artes, el altruismo?Por favor, aunque no sé que me podía esperar de un ladronzuelo como tú-me mofé de él
-¡Oye, un respetito eh!-se hizo el ofendido-Bien sigamos, después esta el tema de que esa capa no es de tu madre, sino de tu padre.¿Cómo lo sé?Porque se quién era, su reputación de asesino era inigualable, y porque pocas humanas están dentro de la hermandad-abrí la boca para preguntar, pero no me dejó-No me interrumpas, las preguntas después.Bueno, eso ya es agua pasada.Bien, ahora nos dirigimos al enclave de La Hoja Envenenada, Veneno Mortal, situado en el Bosque de las Sombras.Te llevo allí porque-inspiró hondo-tu eres nuestra única esperanza de derrocar a Nazrael el Sanguinario y terminar con las diferencias entre humanos y elfos, por favor-me susurró- hace mucho tiempo, se formuló una profecía:
"Nacerá una criatura, un ser especial, destinado a héroe, tendrá en su alma la esencia de dos mundos.Cuando los dos se unan en armonía, lo que antes eran dos, ahora serán uno"-tú eres nuestra salvación, el héroe de la profecía, todo encaja, Nhemay, ayúdanos-me susurró con una nota de súplica en su voz

Noté como una losa se derrumbaba en mi alma, amenazando con aplastarla.Un montón de sentimientos se agolpaban en mi ser.Confusión, rabia, impotencia, ira, compasión...Pero sin duda lo que más me agitaba era la responsabilidad.Que todo un pueblo tuviera una fe ciega en mí, una mestiza huérfana que no sabía ni luchar, hacía que me sintiese fatal.Yo quería cumplirles, deseaba ayudar.Pero no podía, no tenía ni idea de cómo ¿Y entonces que hacer?¿Y Roth?¿Soportaría decirle que no?
-Pero...no puede ser...¿Cómo piensas siquiera que puedo matarlo, eh?Lo único que sé es lanzar cuchillos, y ni eso lo hago bien-sollocé-¿Cómo quieres que cargue con esa responsabilidad?No puedo hacer eso, no cuando ni siquiera sé matar.No puede ser, yo...no puedo hacerlo, yo no-se me quebró la voz-no...puedo...- escondí la cabeza entre las piernas, mientras sentía como las lágrimas me surcaban el rostro.Lo sentí al lado.Me abrazó torpemente, me apoyo la cabeza en su pecho y me acarició el pelo.Pudieron pasar horas, y el sol se fue escondiendo en el horizonte.Me dijo que no pasaba nada, que él estaría a mi lado.Me ayudaría."Sí...juntos lo conseguiremos"-pensé antes de que las oscura garras del sueño me arrastrasen hasta sus senos.


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