jueves, 11 de junio de 2009

"El caballo que encontró su lugar"


Un relato corto un concurso, espero que os guste y que me deseeis mucha suerte^^.PD:He ganado el concurso!!Muchas gracias a todos y al el7, por invitarme a participar :).Besitos




Allí donde el cielo se mezcla con las esponjosas nubes, vivían los pegasos.Eran adorados por los demás caballos ya que podían volar, sin embargo, un año nació un potrillo sin alas.Todos los pegasos estaban muy tristes, ya que le tenían que abandonar en la Tierra, las nubes no eran su lugar.

Desde allá abajo, allende los mares, el caballo, no había día que no se compadeciese de su existencia."¿Por qué seré tan distinto y no puedo volar?"-pensaba
Un día, intento llegar de un salto al cielo.Imposible claro, pero todos los días lo intentaba, y cada día saltaba un poquito más, pero sin llegar a las blancas nubes.
Sus padres veían el sufrimiento de su hijo desde allí arriba, hasta que un día, el caballo cayó por un acantilado al saltar.Sus padres, sin poder evitar, derramaron lágrimas, que justo en la caída, cayeron sobre el caballo, creándole las más puras y grandes alas que se habían visto.El caballo sobrevivió gracias a aquel gesto que sus padres le enviaron para hacerle saber que no era diferente y que su lugar estaba con ellos, en el cielo azulado.

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martes, 9 de junio de 2009

[Relatos Cap.2º]La Hoja Envenenada

Wee, aquí está el segundo capítulo de La Hoja Envenenada.Si os gustó el primero, espero que éste todavía más ^^.¿Qué nos desvelará este segundo capítulo sobre nuestra protagonista Nhemay?

Ya pasada la puerta y los guardias recelosos, Nhemay se detuvo en una callejuela, alejada de miradas indiscretas.
-Soo Mathor, descansemos aquí un poco.-le indicó al caballo, que se detuvo frenando en seco.
Nhemay se bajo de la silla, se cogió las rodillas y escondió la cabeza entre ellas.Dos lágrimas rodaron por su bello rostro."¿Qué estoy haciendo aquí? Solo soy una huérfana de esta maldita guerra, y lo único que tengo son las ropas de mi madre y mi fiel montura"-se compadeció a sí misma.
Therianath, un continente que destacaba por sus verdes praderas y sus montañas de afilados picos, donde se respiraba aire puro, estaba en guerra con el continente vecino, Natheria.La guerra empezó cuando el monarca de Natheria, Nazrael el Sanguinario, ascendió al trono asesinando a su propio padre, Raelnaz, por pura codicia.Se produjeron revueltas enteras en el país y pronto llegaron la pobreza y el hambre.Nazrael, en un intento de enmendar sus errores, exigió a Therianath diezmos, a lo que Alleinar, el monarca de Therianath, respondió con algunos vagones de provisiones.Sin embargo, Nazrael no estaba contento con eso.Quería más, mucho más y consiguió buscar una excusa para comenzar una guerra con el objetivo de conquistar Therianath:los elfos.Así era, Therianath estaba habitada por gráciles elfos, amantes de la naturaleza y de todo lo que les rodeaba.Nazrael acusó de egoísmo a los elfos y convenció a su pueblo que la culpa del hambre, de la sed y todos los males que los aquejaban era culpa de ellos.Y así comenzó la guerra.Nhemay vivía con su madre, cerca de la frontera de Therianath, en una casita junto a un lago, por lo que ellas no se enteraron de la nuevas."Cualquier elfo que ose adentrarse en Natheria, será eliminado"-fueron las tajantes palabras del cruel monarca.Apenas tuvo tiempo de escapar.¿Y por qué escapar? Muy sencillo:ella era una bastarda, era una semielfa, una mezcla de dos mundos, ya que su padre fue elfo.Él las abandonó cuando ella apenas tenía una año, y debido que su madre había vivido con él desde siempre en aquella casita, nunca se plantearon volver a Therianath.Los recuerdos de su huida eran confusos: su madre diciéndola que corriese, que escapase y que la quería mucho.Ella con su petate, con la ropa que su madre le entregaba mientras le decía que le sería de utilidad.Y la huida.Corrió a lomos de Mathor como alma que lleva el diablo, hasta alcanzar Therianath, donde su próxima meta era Antheria.
Nhemay se secó las lágrimas con las manos enguantadas.De nada servía llorar."Debería buscar una posada, Mathor está agotado y yo necesito reflexionar en tranquilidad, mañana tomaré una decisión sobre mi futuro, con la mente más aclarada"-murmuró en voz baja, tanto para sí como para su fiel corcel.Volvió a montar a lomos de Mathor y partió en busca de cobijo, sin percibir que en la callejuela que acababa de abandonar, había una figura que la contemplaba mientras se alejaba, planeando para ella un futuro incierto, que tal vez no estuviera tan lejos como aquella muchacha pensaba...

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domingo, 7 de junio de 2009

[Relatos Cap.1º] La Hoja Envenenada

Buenoo, este es el primer capítulo de una historia que me rondaba ya la cabeza, por supuesto habrá más.Espero que os guste y acepto críticas, consejos y opiniones.Besitos :)


Todo estaba oscuro.La luz argéntea de la luna bañaba las calles de Antheria, una ciudad que albergaba la más alta alcurnia de la nobleza, y que contaba con los mejores asesinos a sueldo de todo el continente,Therianath.No se escuchaba nada salvo el suave susurro del viento colándose por las rendijas de las puertas y ventanas, la respiración acompasada de los guardias que se apostaban a cada lado de la puerta,
guardándola fielmente de cualquier peligro.La puerta, alta e imponente, construida a partir de roble, estaba cerrada, aun así, se había construido una rendija para poder divisar cualquier amenaza que se acercase.
-Chist chist...Anthor, ¿no oyes algo?-Preguntó uno de los guardias, alto y fornido
-Creo que sí, Thormad, alguien se acerca.Prepárate.-Contestó el otro guardia, algo flacucho, aunque de anchos hombros
A lo lejos se escuchó el repiqueteo de unos poderosos cascos en la calle empedrada.La figura de un jinete empezó a cobrar forma, alumbrado por las antorchas.Los guardias adoptaron una posición defensiva cuando la figura se acercó lo suficiente a la rendija.La figura relucía siniestramente a la luz de las antorchas.Vestía ropas de cuero, negras cual ala de cuervo, una capucha que tapaba su rostro, estaba ligada a la capa, donde había grabado un blasón, dos dagas cruzadas, en las que se enroscaba una serpiente."Escalofriante-pensó Anthor".Se advertían formas femeninas bajo aquellas vestimentas, aunque por su aspecto, sus dos dagas colgadas del cinto, y el terrorífico blasón de su capa, los guardias no dudaron ni un segundo de su profesión:matar.Aquella chica, que parecía no sobrepasar la veintena, ya se dedicaba a asesinar, a segar vidas bajo el filo de su hoja envenenada.Anthor le preguntó su nombre y su motivo de estancia.Ella contestó asuntos de negocios.¿Y el nombre?-volvió a preguntar Anthor.Ella respondió, en un susurro tan bajo apenas audible...
Mi nombre es Nhemay.

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